Según las últimas actualizaciones del sitio de estadísticas Our World in Data, ya suman más de 400 los casos de viruela del mono confirmados desde el comienzo del brote.
Si bien el primer caso humano de viruela del mono se identificó en 1970 en República Democrática del Congo, el número de contagios de esta enfermedad aumentó drásticamente en el último mes. Por tal motivo, especialistas analizaron qué grupos etarios son los que se encuentran con mayor riesgo de contagio.
Desde la OMS se indicó que se ha demostrado que la vacunación contra la viruela ayuda a prevenir o atenuar la enfermedad por la viruela símica, con una eficacia del 85%. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la vacunación contra la viruela finalizó en 1980, después de que esta enfermedad fuera declarada erradicada. Según la Organización Mundial de la Salud, “en la actualidad, las personas menores de 40 a 50 años (dependiendo del país) pueden ser más susceptibles a la viruela del mono debido al cese de las campañas de vacunación contra la viruela en todo el mundo tras la erradicación de la enfermedad”.
De este modo, es probable que la mayoría de los niños y adultos con sistemas inmunitarios sanos no tengan una reacción fuerte al virus. A pesar de ello, hay dos grupos que son considerados de alto riesgo de contagio: los bebés menores de seis meses y los adultos mayores que fueron vacunados hace muchos años.
La diferencia entre ambos grupos radica en que los adultos mayores recibieron la inoculación, por lo que, en caso de contagiarse, podrían atravesar la enfermedad con síntomas leves. Los bebés, a diferencia de las personas mayores de 50, no solo no han recibido una vacuna, sino que sus defensas son menores al resto de la población, por lo que es necesario extremar las precauciones.
Tras los casos recientes de viruela, Estados Unidos y varios países europeos comenzaron a inmunizar a los contactos cercanos de los pacientes infectados a través de una estrategia llamada vacunación en anillo. Esta acción busca inhibir la propagación de una enfermedad mediante la vacunación de quienes tienen más probabilidades de infectarse, siendo estos los contactos de los pacientes confirmados y las personas que están en estrecho contacto con esos contactos.