El atropellamiento de animales en las rutas es una problemática que amenaza la biodiversidad. Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Fundación Vida Silvestre, el Instituto de Biología Subtropical, el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) y Parques Nacionales ha revelado una solución innovadora: adaptar alcantarillas y puentes para que funcionen como seguros corredores biológicos.

Gracias a la instalación de cámaras trampa y un minucioso análisis de datos, los investigadores descubrieron que diversas especies de animales, desde pequeños mamíferos hasta grandes felinos como el ocelote, utilizan estas estructuras para cruzar las rutas de manera segura. Sin embargo, se detectó que ciertos materiales, como las chapas corrugadas, representaban una barrera para algunas especies.

Ante este hallazgo, las instituciones involucradas implementaron una serie de mejoras en las alcantarillas y puentes. Se construyeron veredas secas y se eliminaron obstáculos que dificultaban el paso de los animales.

Estas modificaciones, especialmente beneficiosas para especies con pezuñas que evitan caminar sobre superficies resbaladizas, han demostrado ser altamente efectivas.

Esta iniciativa representa un avance significativo en la conservación de la biodiversidad y sienta un precedente para futuras acciones en otras regiones.

Al garantizar la conectividad entre los hábitats fragmentados por las carreteras, se contribuye a mantener poblaciones saludables de diversas especies y a preservar los ecosistemas.
