• 11 noviembre, 2025 19:57

Se realizó la XXXIV peregrinación al Santuario de Santa María del Yguazú

Ago 15, 2021

Este año, el Gesto de Peregrinación tuvo como lema «José levántate, toma al Niño y a su Madre» partió desde Puerto Leoni y a lo largo de la jornada  fue recorriendo distintas comunidades de nuestra Diócesis, hasta llegar aproximadamente a las 18:30 hs, a su hogar el Santuario Diócesano Santa María del Yguazú.

En el Santuario, la imagen peregrina, fue recibida por el Obispo Nicolás Baisi, jóvenes de la comunidad de San Isidro Labrador, feligreses de distintas parroquias de Iguazú, sacerdotes, religiosas, seminaristas y el grupo de Cáritas Diocesana.

Luego de recibir la imagen peregrina el Obispo Nicolás Baisi encabezó la Santa Misa en la víspera de este día 15 de agosto. Al finalizar se procedió a salir en caravana junto a la imagen de Santa María del Yguazú por la ciudad de Iguazú haciendo una primer parada en la Catedral Virgen del Carmen y continuando hasta el Hito de las Tres Fronteras donde se realizó una última parada elevando una oración por toda la comunidad iguazuense, la diócesis, los turistas presentes y los que vendrán. Al finalizar la caravana emprendió el regreso hasta el Santuario Diócesano donde los jóvenes esperaban para continuar en Vigilia hasta las 00 hs.

Hoy domingo 15 de agosto, desde la Ermita Nuestra Señora de Luján,  ubicada sobre Av.Papa Francisco, saldrá la peregrinación a las 14 hs hasta el Santuario donde a las 16 hs el obispo Baisi Nicolás oficiara la Misa Central.

Historia de la Santa María del Yguazú

Se sabe que en este lugar, muy cerca de las Cataratas del Iguazú, existió un antiguo pueblo jesuítico, que se llamó Santa María del Yguazú.

Esta reducción fue fundada en 1626 por los padres Diego Boroa y Claudio Buyer. Los caciques Taupá y Paraverá llegaron a ser sus mejores colaboradores, trabajando en la edificación del pueblo. Según el padre Techo, los guaraníes que allí acudieron para hacerse cristianos fueron unos 8.600.

No fueron pocas las dificultades que tuvieron que afrontar los misioneros, sobre todo a los comienzos, en que la pobreza era muy grande. No fue fácil convencer a los aborígenes para que abandonasen el uso de la poligamia. Pero la mayor dificultad fue la persecución de los blancos sobre todo de los mamelucos o bandeirantes, que venían de San Pablo para llevarse a los indios como esclavos. Esta fue la razón que obligó a abandonar el primer asentamiento de la Misión, y a trasladarse más al sur, cerca del río Uruguay, donde se encuentran hasta hoy las ruinas de Santa María del Yguazú.

Era el año 1633 cuando tuvo lugar este éxodo. Cuando se intentó rescatar de las cenizas el título de Santa María del Yguazú, su imagen no existía más. Por esto, en un primer momento se pensó en encargar una talla, réplica de alguna de estas antiguas imágenes jesuíticas, del clásico barroco colonial. Pero parece que la Virgen no quiso que fuera así. Tal vez porque, lo que hoy pretendemos no es exactamente reeditar lo que fue, sino crear algo nuevo, aunque en la línea histórica de lo que fue. Por esto, y de un modo providencial, aparece esta imagen, que es una creación artística, de un estilo nuevo, original, pero sobre todo autóctona de profundas raíces en la tierra, como las del tronco de este árbol misionero que se llama cancharana.

Don Rodolfo Allou lo había tallado en 1980, inspirándose en la mujer pobre y campesina, que habita nuestras picadas. Mujer sufrida con su hijito en los brazos, que acuna y estrecha contra su pecho en actitud de mucha protección. Sus manos no es que sean tan finas y femeninas, exactamente como las de la mujer del campo, que tiene que trabajar la chacra. Está parada, y tiene en sus brazos al Niño, para que todo se centre mejor en el misterio de su hijo Jesús.

El rol de María será siempre llevar a Jesús. Ella, tan humilde, estuvo presente en el polideportivo el día de la creación de la Diócesis. Casi nadie se dio cuenta. Y de allí volvió otra vez al Museo de D. Allou. Hasta que llegó su día, por una serie de coincidencias providenciales. El obispo Piña quiso dedicarle la fiesta aniversario, el 16 de agosto de 1987, al cumplirse el primer año de la creación de la diócesis. Fue una hermosa fiesta, precedida de una Novena sobre la Iglesia y la Santísima Virgen, que predicó el obispo en la catedral y que los sacerdotes repitieron en sus respectivas parroquias. La noche anterior hubo una solemne Vigilia de Jóvenes. El día 16 amaneció frío y lluvioso, lo que no fue obstáculo para que se pudiera tener una hermosa Celebración, en la que acompañaron al obispo diocesano, monseñor Joaquín Piña, el obispo emérito de Posadas, monseñor Jorge Kemerer y casi todos los sacerdotes y religiosas, rodeados de muchísimos devotos de la Virgen, venidos de todos los rincones de la Diócesis.

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