La joven de 18 que denunció haber sido drogada, abusada y amenazada por varios hombres en un camping de San Ignacio, dio su testimonio sobre cómo comenzó su calvario el 26 de octubre pasado. Su padre, el suboficial de policía Claudio Benítez, quien logró rescatarla de los abusadores, señaló que el examen forense confirmó el abuso, pero hasta ahora no hay detenidos.
La joven contó que conoció a su victimario a través de la pareja de una amiga, en reuniones en una casa donde “nos juntábamos a tomar y él siempre venía”, y que con el tiempo esa relación se convirtió en un vínculo de confianza.
“Yo le pedía plata, no todos los días pero a veces sí, hasta que llegó un punto que era mucho dinero”, relató en declaraciones emitidas este miércoles en el canal de televisión Crónica.
Cuando ya no pudo devolver lo que debía, aseguró que el hombre le impuso una condición: “Me dijo, tenés que hacer otras cosas para devolverme la plata, y ahí me empezó a dar droga para que venda, cocaína”.
Según la joven, comenzó a vender pequeñas cantidades en su barrio hasta reunir el dinero que le reclamaba. “Le pagué toda la cuenta y ahí me ofreció un trabajo allá en Loreto”, completó.
Aceptó la propuesta, aunque pronto se dio cuenta de que el pago era muy bajo. “Me ofrecieron otro trabajo y ahí vino el chico, me mandó un remís y me dijo para hablar en tal lugar, en el camping, y ahí yo me fui”, recordó. Durante esa reunión, el hombre insistió con la nueva oferta laboral, pero ella se negó. “Le decía que no, que me deje pensar”, explicó.
Tras el encuentro, intentó regresar caminando a su cabaña en San Ignacio, pero el hombre la convenció de subir al auto porque “era muy lejos”.
“Ahí me empezó a dar bebida y empecé a tomar. Él daba vueltas y volvimos al mismo lugar, y ahí empecé a marearme”, contó.
La víctima narró con detalle el momento más traumático: “Cuando me acuesto en la cama siento un pinchazo en el cuerpo. Cuando me despierto, estaban cinco hombres alrededor mío. Cuando me levanto, me levanto con mucho dolor y mucha sangre”. Dijo que sintió “mucha vergüenza de lo que iba a pasar” y que, tras un tiempo, “se cansó y no pudo más”.
En medio de la desesperación, logró contactar a su padre. “Le empecé a decir que me venga a buscar, que le quería contar algo. Cuando él me vino a buscar en el camping, le conté todo”, expresó. Consultada sobre si conocía a alguno de los agresores, respondió: “Le conocía a una persona nomás, a un policía”
Las amenazas continuaron incluso después de su rescate. La joven aseguró que el hombre, identificado como “Coqui”, la intimidaba para que regresara. “Si yo no regresaba al trabajo, sentía que le iban a llevar a mi hermanita”, relató.
La joven agregó que el agresor “tenía una foto de mi hermanita, la más chica, y de mis dos hermanos. Ya conocía a toda mi familia. Me mostraba las fotos que les sacó. Nunca pensé que iba a sacar fotos. Me amenazaba con mis hermanos”, concluyó.
El relato del padre: cómo encontró a su hija y la salvó
Por su parte, Claudio Benitez, padre de la joven víctima, también policía, contó que la “pesadilla” comenzó el domingo de las elecciones nacionales, el 26 de octubre, mientras se preparaba para entrar de guardia a las 19.
“Mi señora me avisa por mensaje que mi hija había vuelto al lugar que le habían ofrecido en Loreto”, recordó. Inquieto, decidió escribirle: “Le mando un mensaje y le digo, ¿dónde vas? Y ella me dice: me tengo que ir a Loreto. Cuando llega, me manda una foto desde ese lugar”, relató en una entrevista en A24.
Con el paso de las horas, el tono de los mensajes cambió. “Después me dice: pa, te tengo que contar algo. Yo le respondo: confiá en mí. Y ella me dice: no, pero es algo horrible, no sé cómo decírtelo. Ahí me relata todo lo que le estaba pasando”, contó.
Benitez pidió permiso en su trabajo y fue a buscarla a San Ignacio, donde la joven se encontraba.
“Yo quería saber el relato de la boca de ella real, porque me lo había dicho por mensaje. Le pido permiso al oficial de servicio y voy a buscarla”, explicó. Cuando ella subió a la motocicleta para regresar, recibió una llamada desde un número privado. “Le decían: ¿Qué onda? ¿Tu papá te fue a buscar? ¿Por qué te fue a buscar tu papá?”, relató.
“Era como si nos estuvieran vigilando”, observó.
Al amanecer, decidió que debían denunciar. “Le digo: vamos a denunciar. Y ella me dice: no, tengo miedo de mi familia. Yo le respondo: yo soy tu familia, estoy con vos”, recordó.
Sin embargo, la joven se negó y tuvo que volver a la comisaría para cumplir con el relevo. “Le dije: no salgas a ningún lado, yo te paso a buscar después. Ella me dice: bueno, pa, yo te aviso”, contó.
Poco después, recibió un mensaje que le heló la sangre. “Me dice por WhatsApp:cuando vos te fuiste, ellos me vinieron a buscar”.
Benitez pidió la ubicación y la respuesta fue: en el camping La Familia.
Luego, recibió otro mensaje: “Pa, se fueron dos, quedaron tres”. Desesperado, le pidió que resistiera: “Le digo: tranquila, mija, entreteneles hasta que yo llego”.
En este punto Benitez narró que consiguió autorización de su jefe y se dirigió al lugar con cuatro efectivos.
“Llegamos al camping junto con el móvil del Comando, a cargo del comisario Dos Santos. Golpeó varias veces la puerta diciendo ‘Policía de Misiones’, pero nadie respondía. Yo estaba desesperado, le digo: vamos a tomar la puerta, ahí está mi hija, le van a hacer algo”.
Luego de unos minutos, una voz respondió: “Soy Díaz”. Al entrar, Benitez vio a su hija junto a tres hombres. “Una de esas personas era funcionario público, sargento de policía, Carlos Díaz”, sostuvo.
Sobre ese punto, el padre explicó: “Él es sargento de policía, aparentemente prestaba servicio como custodio en San Ignacio”.
Y aunque evitó afirmarlo con certeza, admitió: “Eso es lo que se comenta, que era custodio del intendente Esteban Romero”.
En este punto, Benitez detalló que cuando ingresaron, “ya estaban todos vestidos”.
“Eso fue el lunes a la madrugada, pero ella ya venía de la semana anterior, tres días en esa situación. Ese abuso con cinco hombres fue el primer día, cuando la llevaron por primera vez a ese lugar”, aseguró.
El padre insistió en que antes de que irrumpieran, su hija le había enviado un mensaje diciéndole que los tres hombres “estaban desnudos”.
Además, denunció irregularidades durante el procedimiento: “Mi hija me dice que ellos tiraron la droga en el inodoro. Cuando entro con el comisario, veo en el fondo del inodoro arena blanca. A mi entender, estaba ahí”.
Los tres sospechosos fueron demorados y trasladados a la Unidad Regional XIII, pero Benitez advirtió que algo cambió desde ese momento: “Ahí ya no me dejan estar con mi hija, ni un momento. Tampoco a la madre. Nos dicen que debía estar en resguardo de profesionales, pero en ese momento no había nadie. Los psicólogos y la doctora llegaron después”.
“La jefa de la Comisaría de la Mujer me dice que mi hija necesita atención urgente, que es adicta. Y yo le digo: ¿cómo me vas a decir eso si yo vivo todos los días con ella? Si fuera adicta, me daría cuenta”, señaló indignado.
Horas más tarde, contó que fue convocado por el comisario inspector Neris. “Nos reúne a todos los jefes y, con voz energética, me dice que no quiere escuchar rumores de que todo se está haciendo mal o que las cosas se están distorsionando”, relató.
A pesar de la gravedad del caso, Benitez afirmó que nunca se tomaron medidas concretas: “Hasta ahora me estoy preguntando en qué momento tomaron medidas, porque nunca lo hicieron”.
“No tuvo asistencia psicológica del Estado, ni custodia ni protección”, expresó.
El examen forense realizado en el Juzgado de Jardín América confirmó el abuso sexual. “El resultado dio positivo —detalló—, y lo más loco es que, hasta ahora, no hubo ni un solo demorado ni detenido”, lamentó.
“Por rescatar a mi hija del abuso sexual, esto se convirtió en algo tan grande que no tenía noción de que iba a ser así. Pasan los días y no tenemos noticias de nada”, cerró.
Fuente: Misiones Online
